viernes, 26 de octubre de 2012

ACCIONES CONJUNTAS CON MÉDICOS DEL MUNDO


Buenos Aires, Septiembre 27 de 2012


En desarrollo de las actividades de nuestro Programa Derecho a la Salud y Prevención del VIH – SIDA en Personas privadas de la libertad, hemos venido adelantando acercamientos con instituciones y organizaciones de la sociedad civil, relacionadas con la problemática penitenciaria. En contacto con la Asociación Civil de Familiares de Detenidos (ACIFAD), conocimos el caso de R.C.  recluido en el Complejo Penitenciario de Ezeiza Módulo 4. R.C padece VIH-SIDA por lo cual fue trasladado a la Unidad 21 donde estuvo cerca de 8 meses bajo tratamiento. Una vez superada la crisis fue restituido al CPF I Ezeiza. Los avances logrados hasta entonces en su tratamiento involucionaron rápidamente y R.C. se encuentra nuevamente en una grave situación de riesgo para su vida. Desde esta condición logró comunicarse con su familia y a partir de allí se adelantaron acciones  con Procuración Penitenciaria de la Nación para lograr nuevamente su traslado a la Unidad 21, que se produjo hoy 27 de septiembre. Desconocemos detalles de su historia clínica pero según lo manifestado por su familia, las interrupciones a su tratamiento en Ezeiza fueron permanentes, hasta llevarlo a riesgo de muerte. Solicitamos acompañamiento para la atención médica que hoy recibe así como investigación a las irregularidades cometidas en su caso, cada vez que se constituyen en flagrantes violaciones a sus Derechos Humanos, significan graves incumplimientos a la Ley 24.660, al Protocolo de Prevención, diagnostico, asistencia y tratamiento en materia de VIH-SIDA para el servicio penitenciario federal establecido en 2.009. Confiamos en que la oportuna intervención de las organizaciones e instituciones restablezcan sus derechos vulnerados y eviten un doloroso desenlace.



Mauricio Viloria
Coordinación en Salud
Programa "Derecho a la Salud y Prevención
VIH-SIDA en Personas Privadas de la Libertad"
E-mail: derechoshumanos@mdm.org.ar
Tel: (011) 4954-0080 int. 103. www.mdm.org.ar

jueves, 16 de agosto de 2012

LAS VERDADERAS PROBLEMÁTICAS A ABORDAR EN EL SISTEMA PENITENCIARIO


El 80%  de los presos federales  son pobres.
¿será que a este fragmento de la población  les asiste algún derecho ?
Seguramente la comisión de funcionarios opositores que  visito el penal de Ezeiza nada podrá decir sobre esto, clarín tampoco y el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación tampoco .  Porque la verdad es que a ninguno le interesa que quienes pueblan las cárceles puedan un día salir con la posibilidad concreta de reconstruir sus vidas, sus afectos y su lugar en la sociedad..
Todos vemos a la cárcel como un pozo oscuro donde tirar a estos indeseables  por eso nadie se ocupa solo nos importa que no vayan a salir de allí.  
 Mal que les pese a muchos debemos decir  que siempre la condena se termina y en algún momento van a salir  y van a volver a convivir entre nosotros. Seguramente por poco tiempo porque  los presos saben  que esta sociedad no los acepta y que solo hay lugar para ellos en la cárcel aunque hoy nos esforcemos en pintar la puerta de devoto de rosa  y con florcitas
A pesar de nuestras diferencias  con el vatayon militante  hecho además que exprese públicamente días pasados en una carta abierta,  celebramos enormemente que ellos se encarguen  de organizar eventos culturales , paridos de fútbol , y talleres . que acepten compartir su tiempo con los presos ya que  esto también forma  parte de” resocialización”.
Claro que no es lo único y  es necesario y muy saludable que muchas otras organizaciones sociales , partidos políticos personas en general se comprometan con estos temas  .
Pero necesitamos de manera urgente que sea el Estado el primero  en hacerse  cargo de brindar a los presos todo lo que necesitan para  su readaptación, esto no puede estar en manos de la buena voluntad hoy del  vatatallón militante  que bien puede mañana decidir ir a realizar sus tareas recreativas  en una escuela o un asilo de ancianos .
Podríamos preguntarle a la dirección nacional de readaptación social cual es la cantidad de preso que salieron  en los últimos dos años  ¿qué es de la vida de estas personas? , ¿cómo los acompañaron en su inclusión dentro de la sociedad?,  ¿cuántos están trabajando? ¿cuántos están nuevamente detenidos? etc, etc.
 El ministro Alak se equivoca cuando dice que  solo el 25% de los presos reincide .
Este porcentaje es mucho más alto .
Y si de SEGURIDAD hablamos es mucho más grave  y peligroso que una persona que sale de la cárcel no tenga a donde vivir,  no tenga acceso a un trabajo digno, no tenga contención de ningún tipo, a que esté participando de un evento cultural conforme a lo que marca la ley con los premisos  correspondientes  y con la custodia del servicio penitenciario
 Estas son solo algunas cuestiones que intento sirvan como disparador para que de una vez por todas  y con  seriedad nos pongamos a debatir estas cuestiones tan importantes para todos.
 
A continuación presentamos algunos debates que se dan en nuestra asociación que reflejarán la realidad que detenidos y familiares soportamos día a día y que sí urgen solucionar. Lamentablemente debemos desdibujar el rostro de algunas de nuestras compañeras que pueden poner en riesgo sus propios trabajos, dejando en evidencia que todavía como sociedad nos queda mucho por aprender para poder construir un mundo mejor para todos y todas.
 
Para mayor información a continuación de los videos presentamos un comunicado del CEPOC que pone luz sobre esta realidad y que cuenta con todo nuestro apoyo.












jueves, 2 de agosto de 2012

COMPARTIMOS LA OPINION DEL CEPOC

SOBRE SALIDAS TRANSITORIAS, SALIDAS CULTURALES, SERVICIOS PENITENCIARIOS, ASESINOS, VIOLADORES Y CHORROS.

Desde el día domingo 29 de julio, y a partir de una nota publicada por el Diario Clarín: http://www.clarin.com/zona/Militancia-terreno_0_745725575.html, se generó un debate público, en el que se realizan afirmaciones sobre un tema complejo, en algunos casos con absoluto desconocimiento, en otros con evidente mala fe.
El Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) está integrado por abogadas/os y sociólogas que estudian el tema carcelario, y que trabajan en el territorio de la cárcel: dando clases, asistiendo a detenidos/as, acompañando familiares, investigando, elaborando leyes, asesorando legisladores/as. Parte de nuestra labor la compartimos con la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales (AciFaD), una organización social que nuclea a las esposas, compañeras, hijas, madres, hermanas, de personas privadas de libertad. Ellas saben de lo que hablan porque cada día juntan alimentos para llevarles a sus seres queridos; cargan pesadas bolsas con comida y ropa; viajan en colectivos, trenes y remises hasta llegar a cárceles lejanas; se someten a requisas humillantes; y escuchan con amor y paciencia los reclamos y pesares de las personas que aman. No cometieron ningún delito, pero las tratan como si fueran culpables: las hacen esperar horas; las someten a rayos x para ingresar; o les hacen bajar la bombacha y hacer flexiones, si prefieren evitarlos; les llevan a sus familiares a Rawson, Neuquén o Resistencia, y las someten a la peor de las torturas: saber que sus seres queridos tienen frío, son golpeados, corren riesgos, lloran por teléfono diciendo "me voy a suicidar".
Esa realidad la hemos denunciado una y otra vez. Hemos mostrado fotos como la que aquí se exhibe, del cuerpo de un joven torturado en una cárcel federal, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en julio de 2011: 
 
Sin embargo, lo que provoca escándalo y debate, son las salidas de un grupo de presos. Entonces, sobre este punto, queremos aclarar: 
 
1- Las salidas "denunciadas" por Clarín no son "salidas transitorias" ni "traslados". Las salidas transitorias requieren cumplir una serie de requisitos. Esos requisitos son objetivos: haber cumplido la mitad de condena o 15 años para quienes estén condenados a prisión perpetua; y otros absolutamente arbitrarios, y donde se asienta el poder del Servicio Penitenciario Federal: es necesario tener conducta ejemplar y concepto favorable (lo que se traduce con calificación de 9 y 7 respectivamente). La facultad de "calificar" la conducta de presos y presas otorga un enorme poder a los servicios penitenciarios, genera mecanismos de extorsión -si no te portás bien, no te pongo el punto que te falta- y de corrupción -venta de informes "favorables"-. En el ámbito del SPF, solo el 5 % de los/as presos/as gozan de salidas transitorias, según datos oficiales brindados por la Procuración Penitenciaria: 465 sobre un total de población penal de 9523.
2- Las salidas "denunciadas" por Clarín tampoco son "traslados". Traslado es cuando se lleva a un preso de una cárcel a otra; o a un hospital para que se le haga una práctica médica; o al velorio de un familiar, entre otros casos. Como denuncia la Asociación de Familiares, esos traslados suelen demorarse alegando dificultades de falta de móviles, o de nafta; lo que provoca que se pierdan turnos en los hospitales; o que se llegue tarde a un velorio, y un hijo no pueda despedirse de su madre; o que un padre no pueda visitar a sus hijos/as alojados en hogares de menores (todos casos reales, documentados con nombre y apellido)
3- Las salidas "denunciadas" por Clarín son para participar en encuentros culturales, actividades recreativas o eventos deportivos, o de cualquier índole que se considere beneficiosa para el desarrollo de la persona privada de libertad. Se pide autorización al juez o tribunal a cuya disposición está ese/a preso/a, y si la autorización se brinda, la persona sale custodiada, va al lugar donde está invitado/a, por un plazo definido y determinado (dos, tres, cuatro horas), y vuelve custodiado a la unidad donde está alojado. Esa salida puede realizarse en cualquier momento de la estadía de la persona en la cárcel, tanto si está procesado como si está condenado, porque no está sujeta a requisitos de "tiempo cumplido", ni de un determinado nivel de "conducta y concepto". El derecho a gozar de estas salidas surge del llamado "Principio de reinserción", que está expresamente desarrollado en nuestra Ley de Ejecución Penal, N° 24.660: 
 
ARTICULO 1º. La ejecución de la pena privativa de libertad, en todas sus modalidades, tiene por finalidad lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley procurando su adecuada reinserción social, promoviendo la comprensión y el apoyo de la sociedad. El régimen penitenciario deberá utilizar, de acuerdo con las circunstancias de cada caso, todos los medios de tratamiento interdisciplinario que resulten apropiados para la finalidad enunciada.
Nótese que se refiere a los condenados, pero en el artículo 11 de la misma ley, dice:
 
ARTICULO 11. — Esta ley, con excepción de lo establecido en el artículo 7º, es aplicable a los procesados a condición de que sus normas no contradigan el principio de inocencia y resulten más favorables y útiles para resguardar su personalidad. Las cuestiones que pudieran suscitarse serán resueltas por el juez competente.
4- En el caso particular de las actividades organizadas por el Vatayón Militante:
- La cárcel es una institución donde impera el miedo, el dolor y la arbitrariedad. Todo lo que pueda hacerse para abrir la cárcel, y para que la sociedad ingrese a ella, a través de instituciones educativas, laborales, recreativas, deportivas, sindicales, de derechos humanos, políticas, debe ser estimulado y bienvenido. Y es preciso trabajar con todos los presos y todas las presas, aún con quienes hayan cometido delitos graves, que nos repugnen más o menos conforme nuestras convicciones. Sin embargo, Nos preocupa que el desarrollo de actividades recreativas pueda verse subordinado a la participación en determinada fuerza política. Las personas privadas de libertad sufren una enorme deprivación en su autonomía, en sus posibilidades de elegir libremente, en el ejercicio de sus derechos. Hacer bailar a un preso con un penitenciario puede parecer simpático para algunos. Para muchos otros -nos incluímos-, implica una humillación, un acto de violencia simbólica, más allá de las buenas intenciones con que los integrantes de esa agrupación trabajen en el ámbito carcelario. La cárcel es una institución pública, y es deber del Estado garantizar, mediante políticas públicas universales, el acceso a todos los derechos para todos/as los/as presos. El Estado cuenta con innumerables instituciones que pueden y deben cumplir esta función. 
 
- Las facilidades con las que cuenta para desarrollar su actividad el Vatayón Militante no es compartida por otras organizaciones sociales y de derechos humanos, sobre todo en las que tienen una mirada crítica sobre lo que sucede en las cárceles federales.
- Entendemos que, tanto como deben respetarse los derechos de las personas privadas de libertad, debe respetarse el dolor de las víctimas y de sus familiares. En ese sentido, nos parece desaconsejable difundir imágenes festivas mediante videos y redes sociales, en tanto provocan más dolor en los familiares de las víctimas de delitos graves, y asimismo pueden afectar la intimidad de algunas de las personas privadas de libertad que aparecen en ellas. 
 
- Nos parece vergonzoso y perverso que se pretenda cuestionar que determinados presos, por el delito cometido o imputado, sean estigmatizados, y se plantee que deberían ser utilizados como "símbolos" para dar "mensajes a la sociedad". El momento en que se determina la gravedad de un delito, y la pena correspondiente, es el momento de la condena. Luego, la persona condenada (o imputada, como es uno de los casos), conserva TODOS los derechos que se derivan de su condición de ciudadano. Haya hecho lo que haya hecho. Caso contrario, estamos planteando un derecho de ejecución penal para ladrones, otro para homicidas, otro para agresores sexuales, etc. Las personas, en un Estado democrático de Derecho, no son instrumentos para dar mensajes, sino sujetos de derecho. 
 
5- Nos preocupa que, a partir de discutir estos temas, se pretenda recortar derechos, en vez de ampliarlos. Somos muchos quienes pensamos que, en algún momento de la historia, la cárcel deberá desaparecer, o reducirse a niveles mínimos. En principio, creemos que no deberían construirse más cárceles, y que debería revisarse caso por caso cuántos cientos o miles de personas que hoy están presas, podrían obtener su libertad. En el mientras tanto, también insistimos en que debe reducirse al máximo el daño que la cárcel provoca. Y a continuación, damos algunos ejemplos:
- En el ámbito federal, se envía a presos que viven en la Capital Federal o el conurbano bonaerense, a cárceles ubicadas a cientos de kilómetros: Rawson (Chubut), Neuquén, Resistencia (Chaco), Río Gallegos (Santa Cruz). La pena de extrañamiento sigue vigente en nuestro país, rompe familias, aleja niños/as de sus padres, provoca pena y dolor agregado.
-En el módulo de jóvenes adultos de Marcos Paz (18 a 20 años), los abusos, golpes, amenazas y humillaciones son constantes.   
- Las plazas para participar en tratamientos para adictos son escasas, quienes las solicitan deben esperar años.
- Las distintas unidades penitenciarias tienen distintas reglamentaciones, tanto con relación a la documentación que exigen para que una persona ingrese como visitante, como con relación a qué ropa se puede llevar, o qué alimentos. Esto implica que las familiares, en ocasiones, deban volverse de la cárcel sin haber podido ingresar, porque les faltaba un documento que en otra unidad no se les exigía, o porque llevaban ropa de un color no admitido. 

-El Servicio Penitenciario Federal es una fuerza militarizada, en sus prácticas, en sus costumbres, en su preparación. Basta ver una foto oficial, que se publica en el sitio del SPF: http://www.spf.gov.ar/
Nuestras propuestas: 
 
1- Es preciso derogar la ley orgánica del SPF N° 20.416, creada por la dictadura de Lanusse en mayo de 1973 (días antes de la asunción del gobierno democrático) y discutir un nuevo Servicio Penitenciario, desmilitarizado, reducido, que solo cumpla una función de custodia externa de las unidades penitenciarias. El resto de las actividades que se realicen dentro de la cárcel, deben desarrollarse desde las instituciones públicas respectivas: el ministerio de educación, el de desarrollo social, el de trabajo, la secretaría de deportes, etc. 
 
2- El Senado debe tratar de modo urgente, y aprobar, la creación del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, garantizando así que las organizaciones sociales y de derechos humanos que trabajamos en la prevención de la tortura y los malos tratos podamos ingresar sin restricciones a recorrer todas las instituciones de encierro, sin aviso previo, hablando de modo confidencial y privado con las personas privadas de libertad. 
 
3- Todas las organizaciones de trayectoria y compromiso con la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad, deben contar con facilidades para acceder a desarrollar proyectos educativos, laborales, recreativos, deportivos y culturales en los lugares de encierro, y debe garantizarse la participación de todas las personas privadas de libertad que así lo decidan, sin ningún tipo de discriminación, sin condicionamientos impuestos por el servicio penitenciario, ni limitaciones basadas en el lugar de alojamiento, la conducta, o el concepto. 
 
4- Rechazamos los intentos de limitar el piso de derechos garantizados por la ley de Ejecución Penal N° 24.660. Por el contrario, creemos que el ejercicio de derechos de las personas privadas de libertad debe ampliarse, facilitando su formación, su desarrollo personal, sus vínculos familiares y sociales, y su egreso anticipado de la cárcel, mediante salidas eventuales; salidas transitorias y libertad condicional, sin realizar distinciones basadas en el delito cometido. 
 
Cuando hablamos de derechos de las personas privadas de libertad, estamos hablando de derechos de todos y todas: de quienes han cometido un delito y de sus familiares; de las víctimas de ese delito, y de la sociedad en su conjunto. Estamos convencidos/as de que cuánto más abiertas sean las instituciones de encierro, cuánta más y mejor oferta de oportunidades haya para quienes deben cumplir una pena, mejor será para todos/as


Claudia Cesaroni
Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)
15-4404-5299