martes, 15 de noviembre de 2011

el servicio penitenciario fedreal viola los derechos de niñas y niños

En los últimos dos meses Asociación Civil Familiares de Detenidos en Cárceles federales y el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) hemos recibido tres denuncias en las que se evidencian brutales violaciones a los derechos de hijos e hijas de personas privadas de libertad.
Caso Nº 1: La niña N. padece insuficiencia cardiaca secundaria a miocardiopatia dilatada por herpes virus, ensofalopatia crónica no evolutiva y ceguera, por lo que no puede visitar a su padre que está privado de libertad en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz. Entonces, el juez autorizó al papá a realizar visitas de dos horas cada quince días al domicilio donde vive su hija. La realiad es que esas visitas no duran más de media hora, en presencia de personal penitenciario, y con el padre durante todo el tiempo esposado. La niña no puede jugar con su papá, el padre ni siquiera puede abrazar a su hija.
Caso Nº 2: P. tiene 7 años, y R., 9. Ambos hermanos son discapacitados, padecen del síndrome de X Frágil. Su padre va a visitarlos a su domicilio, pero los niños no pueden jugar con él porrque está esposado. Las visitas son cortas, y en esas condiciones terminan siendo crontraproducentes: en vez de consolidar el vínculo padre-hijos, éstos se angustian, padecen ataques de nervios y llantos. Por todo ello, el padre decidió suspender la visitas para evitar este dolor a sus hijos, lo que evidentemente provocó un fuerte retroceso en el tratamiento que realizan los niños.
Caso Nº 3: C. tiene 9 años; M., 6; A., 5 y S. 3. Su mamá viven en otro país, y su papá está cumpliendo una condena en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz. Los tres más grandes, están interados en un hogar, y la más chiquita, en otro. Mientras cumple su condena, el padre hizo lo imposible para que no se perdiera el vinculo con sus hijos, lo cual obviamente es muy difícil para una persona presa y sin familia a quien recurrir.
Uno de los inconvenientes con los que esta familia dividida tuvo que enfrentarse, fue la imposibilidad de encontrar un lugar donde puedan realizar sus visitas. Frente al negativa de los hogares donde viven los chicos de recibir a una persona detenida, la Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales ofreció el espacio que solidariamente le presta la Asociación Mutual Sentimiento para realizar sus actividades.
Para el dia miércoles 9 de noviembre estaba todo preparadoÑ la orden judicial, el espacio acondicionado, y dos miembros de la Asociación esperando a los chicos con la merienda. La visita estaba prevista para las 17. Desde ayer, los chicos sabían sabían que se reencontrarían con su papa y su hermanita menor.
Pero ese encuentro no se produjo: a las 16.30 le avisaron a su papá que la División Traslado del Servicio Penitenciario Federal no disponía de un móvil para realizar el traslado .
El papá, desde un teléfono público de la cárcel, fue quien tuvo que avisar en los hogares que no llevaran a los chicos de las suspensión de la visita. Los chicos quedaron lloramdo, y en el caso de la mas chiquita ya había salido del hogar junto con un operaror para el encuentro con su familia.
No hace falta agregar nada más para que se entienda el dolor que se le está provocando a cada uno de estos niños y niñas, que obviamente no cometieron ningún delito y no merecen padecer ninguna pena. Son pequeños, discapacitados algunos, alejados de su madre y de su padre otros, a los que se somete a la aflicción que implica ver a su padre esposado, o no verlo, porque entre los millones de pesos de que dispone el Servicio Penitenciario Federal en su presupuesto mensual, no se puede disponer del dinero necesario para garantizar un móvil.
Exigimos que se respeten los derechos de las personas privadas de la libertad, y sobre todo, de sus hijos e hijas: que las visitas se puedan realizar en tiempo y forma; que se les quiten las esposas una vez que están en el domicilio, que el personal penitenciario se mantenga cuidando las salidas, pero respetando el derecho a la privacidad y al contacto entre padre e hijos y que no se agregue más dolor al dolor del encierro. Estos padres ya están pagando su condena a la sociedad, y tienen el derecho y la obligación de ser responsables de sus hijos pero para esto tienen que tener la oportunidad de vincularse.

Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales
Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos
Contactos: 15-6946-0928/15-4404-5299

viernes, 14 de octubre de 2011

Sobre las declaraciones del Señor Ministro de Justicia y Derechos Humanos negando la existencia de tortura en cárceles federal



El domingo 9 de octubre, en un reportaje publicado en el diario Página 12, en el que desmintió la existencia de un pabellón “vip” en la cárcel de Devoto, elMinistro de Justicia y Derechos Humanos de nuestro país, Julio Alak, respondió del siguiente modo a la pregunta sobre el informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación, que denuncia malos tratos y torturas en las cárceles federales: Yo quiero contextualizar las palabras del procurador penitenciario, que en estos meses tiene una hiperactividad mediática porque integra el staff electoral de Ricardo Alfonsín. Mugnolo es parte del comité de campaña de Alfonsín. A mí me asombra su actitud cerril contra el Servicio Penitenciario Federal en plena campaña electoral. Obviamente, la procuración penitenciaria está integrada en la mayoría de los casos por cuadros radicales.
El periodista le pregunta luego si las denuncias son falsas, y Alak responde:Lo que él denuncia en muchos casos se ha ido a verificar a través de los organismos oficiales competentes y no se ha verificado. Nosotros tenemos un Servicio Penitenciario que es uno de los mejores de Latinoamérica.
Las declaraciones del señor Ministro son gravísimas, porque niega hechos que suceden cotidianamente, ejecutados por una institución que está a su cargo. Solo para citar dos casos; el 16 de julio de 2011, un grupo de penitenciarios que desempeñaban sus actividades en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, sector de Jóvenes Adultos, aplicó torturas durante horas al adolescente Brian Núñez, de 18 años.

Lo sucedido a Brian fue denunciado por la Procuración Penitenciaria y por el propio director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, ante la justicia federal de Morón, donde tramita una causa por torturas (Juzgado Federal Nro. 2, a cargo del Juez Jorge Rodríguez, Secretaría Nro. 6). Según se informó, siete penitenciarios fueron pasados a disponibilidad.

Poco después, y contrariamente al compromiso asumido por las autoridades en cuanto a garantizar la seguridad de los jóvenes alojados junto con Brian, que fue trasladado a otra unidad, recibimos nuevas denuncias.Los hechos son terribles, graves, reiterados: jóvenes de 18 a 20 años, obligados a desnudarse y a correr por el pabellón, a los que se les pegan palazos y se les dispara con balas de goma, luego se los encierra durante todo el día, y se los amenaza con más castigos si se atreven a denunciar.En consecuencia, la mayoría de estos hechos no se difunden ni llegan a la justicia, porque tanto las víctimas directas como sus madres y familiares, tienen pánico a las represalias. Hace pocos días, la Secretaría de Derechos Humanos, que también depende del ministro Alak, presentó un Protocolo de Intervención para el Tratamiento de Víctimas-Testigo en el marco de Procesos Judiciales. Desconocemos si ese Protocolo se aplicará a los presos y presas que sufren torturas hoy, en los lugares de encierro de nuestro país, federales y provinciales. Lamentamos suponer que no será así, ya que el ministro niega la misma existencia de las torturas, y por lo tanto, de las víctimas.

Es cierto que hay torturas en las cárceles federales, más allá de quién o quiénes lo denuncien.
Tenemos toda la documentación, los testimonios y las fotos del cuerpo torturado de Brian a disposición del Sr. Ministro. Puede verlas también en sede judicial, o revisar los expedientes de la Procuración. Desde nuestras organizaciones seguiremos acompañando a las familias que padecen esta situación, y haciéndola conocer.

Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales
Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)
Buenos Aires, 12 de octubre de 2011

Contactos: 15-4404-5299

jueves, 18 de agosto de 2011

TORTURAS HOY Y AHORA





Las fotos que exhibimos son solo algunas de las que la madre de B.O.N., un joven de 20 años, acercó el día martes 17 de agosto a la sede de la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales. Junto con las imágenes, la mamá de B., entregó un texto que relata lo que le pasó a su hijo, durante los últimos meses, en cárceles federales:


"El día 17/10/2010 B., nacido el 15/07/1991 fue alojado en la unidad del servicio penitenciario de Ezeiza (Se refiere al Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza) Siendo “primario” mi hijo comenzó un calvario infinito de golpizas, las cuales dejaron secuelas psicológicas, morales y físicas."

Luego, la madre relata el modo en que su hijo fue conducido a firmar un juicio abreviado:

"Yo como madre mi dirigí al juzgado donde se encontraba su defensora (...) allí realice la denuncia por las golpizas diarias que recibía mi hijo, estas dejaron secuelas, le reventaron el tímpano del oído izquierdo, cada visita que iba a verlo él tenía hematomas en distintas parte del cuerpo; VIVIA SANCIONADO, en esas sanciones era torturado vilmente. NUNCA falte a las visitas porque temía que me lo entreguen en un cajón (...) soy una persona humilde y me manejo con los defensores del ESTADO. Vivía en el juzgado contándoles las penurias que soportaba mi hijo, JAMAS la defensora se dirigió a hablar con mi hijo. Lo único que hizo la defensora fue llamarlo para HABLAR el asunto del abreviado; él se negaba a ir al juzgado porque estaba engripado y con mucha fiebre, al negarse fue golpeado ferozmente y durante el trayecto hacia el juzgado siguieron golpeándolo y para “diversión” de los penitenciarios fue rociado con gas pimienta; en ese momento mi hijo casi se muere porque estaba congestionado."

Cuando la defensora pide verlo, los penitenciarios se lo niegan, diciéndole que estaba "re drogado":

"Ante esta situación la abogada ordenó que lo traigan porque lo quería ver y sacar sus propias conclusiones, los penitenciarios de negaron al principio. B. fue llevado a la oficina de su defensora y vio que mi hijo no estaba drogado, ella lo encontró perturbado y aturdido, pregunto el motivo por el cual se hallaba en esas condiciones."

La madre de B. relata el modo en que se le habría hecho firmar un juicio abreviado a su hijo, quien no estaba en condiciones como para decidir si era o no favorable para él:

"Le dijeron que tenía que firmar un “ACTA DE PRESENCIA” el no podía leer, se sintió presionado y no pudo firmar, lo que hizo fue “GARABATO” porque sabía que no podía firmar sin antes leer el “ACTA” ante la presión no tubo alternativa. Hubo promesas de la “pulsera” (arresto domiciliario). Antes de retirarse del juzgado le dijeron a mi hijo “NOS VEMOS EN LA PROXIMA PARA FIRMAR EL ABREVIADO, SI ESTAS DE ACUERDO”.
Y luego, la madre de B. relata torturas parecidas a las que es posible escuchar por parte de testigos en los juicios contra el terrorismo de estado:

"El 20 de Julio de 2010 fue trasladado junto con otros menores al anexo de la unidad 24 de jóvenes adultos modulo 5 pabellón 8. En este establecimiento se aplican los mismos métodos de tortura que en Ezeiza porque los penitenciarios son los mismos que estaban en Ezeiza; considero que estos métodos están TOTALMENTE PROHIBIDOS y sé que no estoy errada con lo que digo. Todos los chicos del penal pasan por lo mismo lo he visto en visita (chicos con muletas, en sillas de ruedas, ojos morados) las madres quieren hacer las denuncias pero los chicos no quieren porque tienen miedo que les pase algo peor.
En este penal mi hijo cumplió sus 20 años el día 15/7; una semana antes los penitenciarios le dijeron “N. TENEMOS UN LINDO REGALO PARA VOS POR TU CUMPLEAÑOS QUE TE VA A GUSTAR MUCHO”. El 16/7 fui a la visita mi hijo se encontraba en perfectas condiciones, ese mismo día a las 18:30 hubo una discusión con el jefe de la visita, casualmente era “el día del penitenciario” y los mismos estaban festejando en “HORARIO DE TRABAJO” comiendo asado y tomando vino. Yo no sé como permiten que trabajen en esas condiciones, de una pequeña discusión casi me lo devuelven en un cajón. El jefe de visita M. junto con 6 penitenciarios mas lo torturaron, “MI HIJO FUE LA DIVERSION DEL DIA DEL PENITENCIARIO” TORTURADO desde las 18:30 hs a 20:30 hs; se turnaban para darle palazos en la planta del pie “el pata pata” tal es así que le quebraron 3 dedos 2 de un lado del pie y un dedo del otro pie, las piernas golpeadas (quedaron negras), y no conforme con esto apagaron cigarrillos en su cuerpo y lo quemaron con encendedores las plantas de los dos pies y el hombro, su oído izquierdo fue aplastado por los borcegos de los penitenciarios, recibió “TROMPADAS” en la cara, boca y ojos también patadas en la cabeza y para terminar el “PAÑOLERO” tuvo INTENCION DE VIOLACION. Durante toda la tortura mi hijo estuvo esposado y atado con ganchos de pies y manos, después de la tortura lo hicieron caminar de rodillas porque no sentía las piernas a la ducha de agua helada, lo arrastraban de la ropa y le pegaban trompadas en la cabeza, B. estuvo una hora bajo el agua helada (en pleno invierno) después de eso le dieron un sedante (pichicata) y lo dejaron tirado en la celda de los locos. Mi hijo estaba shockeado, desorientado y cansado de que lo verdugeen dijo “SI NO ME DEJAN DE VERDUGUEAR EN ESTE MOMENTO ME MUERO PORQUE ME SIENTO MUY MAL NO PUEDO CAMINAR MAS”.

Al ingresar una nueva guardia, y observar el estado de B., lo trasladaron al Hospital de la Unidad 24, de Marcos Paz, donde, según relata su madre, volvió a padecer torturas y corrió riesgo su vida:

"A los 20 días de estar en la unidad 24 no sé cómo pero el lugar se incendio, ninguno de los penitenciarios socorrió a los chicos; mi hijo solo y como pudo se paro y saco a tres chicos que estaban con él, cuando vinieron a apagar el fuego había mucho humo por ende Brian inhalo mucho monóxido de carbono. Los penitenciarios buscaban a mi hijo entre el humo con linternas, Brian vio que venían con palos y utilizó su silla de ruedas como escudo gracias a esto no recibió TANTOS golpes, pero aun así le dieron un palazo en la cabeza que le dejo un tajo de 10 centímetros y esta con puntos, como si fuera poco tiene nuevos golpes y ahora le rompieron el tobillo donde tiene los dos dedos rotos."

Como le sucedería a cualquier madre o padre que viera y escuchara a su hijo en esas condiciones, L. está aterrorizada, y teme por la vida de su hijo:

"Quiero decir que estoy atemorizada porque esto parece un campo de concentración nazista y me recuerda a la época de los militares. Yo como madre les pido a ustedes que son madres por favor ayúdenme S.O.S estoy desesperada porque mi hijo corre peligro. Estoy enterada que los vidrios del “hospitalito” están todos pintados lo cual quiere decir que pude volver a haber un incendio o una muerte y nadie sabe nada. Estoy segura de que le hicieron esto a mi hijo por las denuncias que realice por las torturas que recibió en el complejo penitenciario de Marcos Paz modulo 8 pabellón 5 (Anexo 5 de la unidad 24). Yo quiero saber hasta dónde vamos a llegar con todas las aboliciones que hacen en contra de los derechos humanos (...)"
Finalmente, hace un llamado, que es una súplica desesperada:

"POR FAVOR les pido que realicen una intervención inmediata. Y les pido a las madres de los penales que no se callen la boca, cuantos más seamos menos chicos van a sufrir y de a poco vamos a ponerle fin a las torturas inhumanas."


Desde la Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales y del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, hemos hecho llegar estas fotos y este relato a la Secretaría de Justicia, al Director del Servicio Penitenciario Federal y a la Secretaría de Derechos Humanos. La madre de B., además, hizo la correspondiente denuncia judicial, el 29 de julio de 2011, ante el Juzgado Federal 2 de Morón, Secretaría 6. La vida y la integridad física de B.O.N. está en manos de todas esas autoridades.

La difusión de esta denuncia tiene por objeto, no solo proteger la vida de B. y acompañar a su madre; sino también reclamar, una vez más, por la implementación del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, para que las organizaciones sociales y de derechos humanos que trabajamos en la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad podamos controlar lo que sucede dentro de las instituciones de encierro, evitando así la aplicación de torturas y tratos inhumanos y degradantes como los descritos por la madre de B., que no son de ningún modo un hecho aislado, sino un ejemplo de una práctica cotidiana, habitual, tolerada y, en la mayoría de los casos, impune.

Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales (ACiFAD)

Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)

Contacto:
Andrea Casamento: 1555577824
Claudia Cesaroni: 1544045299

martes, 7 de junio de 2011

ASIGNATURA PENDIENTE


ASOCIACIÓN CIVIL
FAMILIARES DE DETENIDOS EN CÁRCELES FEDERALES

COMUNICADO DE PRENSA

ASIGNATURA PENDIENTE
PARA UNA ARGENTINA INCLUSIVA

Familiares de detenidos en cárceles federales planteamos la necesidad de que los derechos humanos lleguen a esos ámbitos. Reclamamos un mejoramiento profundo del sistema penitenciario, que Néstor Kirchner subrayó como tarea pendiente para el gobierno de Cristina.

En su discurso con motivo de la demolición de la cárcel de Caseros, el presidente Néstor Kirchner subrayó que “una de las asignaturas pendientes que Cristina tendrá que llevar adelante es el mejoramiento profundo del Sistema Penitenciario Argentino”.

“Es una tarea central para consolidar profundamente la política que todos nosotros, todos los que estamos acá y la mayoría de los argentinos creemos respecto a los derechos humanos: el respeto a las garantías individuales, el respeto a la recuperación, a la reeducación de muchos presos comunes que también estuvieron por aquí”, puntualizó.

Desde la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales, recordamos a todos los argentinos y las argentinas que si bien es cierto que la vieja cárcel de Caseros ya no existe, hay muchas otras, incluso con estructuras edilicias más modernas, en las que la deuda de la mejora del Sistema Penitenciario sigue pendiente.

Quienes habitan hoy tras lo muros y quienes los atravesamos a diario acompañado a un ser querido, hoy llamados presos comunes, somos personas para quienes las historia de este país tampoco nos fue indiferente. Sin embargo, los derechos humanos todavía no han llegado a las cárceles argentinas.

Muchos hombres hoy todavía presos fueron muchachos en los ‘70 y a principios de los ’80, con la juventud a flor de piel, la rebeldía propia de la edad y muchos sueños que quedaron truncos. En aquellos tiempos estaba prohibido siquiera pensar.

Aquellas fueron épocas de mucho miedo, en las que el Estado sólo estaba presente para castigar, para prohibir, para encerrar. Aquellos jóvenes que se cruzaron con la Ley Penal recibieron el mismo tratamiento de castigo, por el castigo en sí mismo, que hasta el día de hoy se imparte dentro de los establecimientos carcelarios del país.

Llegaron los ‘80 y la democracia. Se abrió un espacio que sólo fue alcanzando a algunos. Otros, los que crecimos sin saber que quizás algún derecho teníamos, tampoco supimos que podíamos ejercerlo. Los presos comunes y sus familias, nos mantuvimos quizás demasiado quietos y obedientes, como le pasa siempre al excluido, al que quedó afuera, al que no sabe.

Más tarde llegó la fiesta menemista, los años del consumismo, también para algunos. Para otros, fue una época de fábricas cerradas, de trabajar en lo que se pudiera, de los hermanos haciéndose cargo de los más chicos, sin tiempo para compartir, para el juego, para soñar. Nos ganó el desaliento.

Muchos jóvenes se fueron del país, a probar suerte a otro lado. Muchos otros, los que casi nunca pueden elegir, fueron vencidos por la calle, la droga, la opresión. Este fue el contexto social que vivió la mayoría de los presos comunes antes de llegar a la cárcel.

Los tiempos cambiaron. Llegó la hora de la justicia social, la reivindicación de derechos, se terminó el ‘no te metás’. A nosotros nos tocó aprender, no sólo de la historia sino también con el sufrimiento más profundo de tener que padecer a diario el dolor de la ausencia, de la humillación, de los malos tratos y de la indiferencia de casi todos.

También nosotros crecimos, maduramos, nos responsabilizamos y nos comprometimos. Hoy sabemos que nosotros y los nuestros tenemos derecho a ser tratados con dignidad, a comer, a estudiar, a recibir atención médica, a trabajar, pensar, a proponer, a discutir y a pensar. A preguntarnos por qué nos pasó esto.

Hoy, los que estamos de este lado del muro, muy despacito estamos aprendiendo la importancia que tienen las políticas de inclusión social. Sabemos todos que debe haber igualdad de oportunidades, dejando en la conciencia de cada uno la libertad de elegir.

Adentro de la cárcel no se sabe mucho todavía lo que esto significa. Ese es nuestro desafío. Necesitamos ayuda, que el Estado se comprometa y nos acompañe, que alguien camine por las cárceles, que conozca sus rincones más oscuros, que sepa cómo se vive allí adentro y que sean creadas condiciones para que todas las personas, después de cumplida la condena, puedan incluirse dentro de la sociedad.

Para que la destrucción de Caseros no quede en un hecho anecdótico, para que todo este doloroso proceso de crecimiento y madurez que estamos atravesando llegue a los más excluidos, hace falta más. Siempre con memoria, con verdad y con justicia social.
Uno de los primeros decretos sancionados en tiempos de dictadura dispuso que todas las fuerzas de seguridad quedaran bajo su órbita. Es entonces necesario revisar la Ley Orgánica del Servicio Penitenciario Federal, que hasta el momento no fue modificada.

En época de elecciones, necesitamos recordarles a los candidatos y a los votantes que todavía queda mucho por hacer. Los presos comunes siguen esperando algo más que un trato digno: la posibilidad de convertirse en personas útiles, con algo para aportar a esta sociedad.

Como dijo entonces el presidente Néstor Kirchner, “para que las futuras generaciones vean que no hay muros, que no hay llaves, que no hay hombres malos, sino una sociedad que se decide a tener identidad y justicia, sigamos teniendo sueños, sigamos pensando y sigamos haciendo todo nuestro esfuerzo por construir un país mejor”.
Buenos Aires, junio de 2011.
Contacto : Andrea Casamento tel 4857-6875 cel 15-55 737824.

Adhieren : CEPOC centro de estudios en política criminal y derechos humanos

martes, 29 de marzo de 2011

Familiares, sospechosos, juntos y organizados




La mujer que firma estas líneas y la organización que representa, Familiares de Detenidos en Cárceles Federales, recortan con mayor nitidez a los ausentes sin aviso. ¿Por qué las víctimas del exterminio, la tortura, la humillación y el laceramiento de cada jornada son defendidas por sus familias? ¿Por qué no están los organismos de derechos humanos? ¿Y los partidos políticos del campo popular? Ni los unos, ni los otros, salvo excepciones, asumen los campos de concentración que hoy llaman cárceles. En su carta a la Junta Militar, en 1977, Rodolfo Walsh afirmó que el crimen más tremendo que cometían los tiranos, no era la aberrante violación a los derechos humanos de ese entonces, sino la miseria planificada para millones que generaba la política económica. Precisamente, de esas vidas excluidas por el ordenamiento desigual, hoy se alimentan la humillación y la muerte de fácil gatillo, picana eléctrica, submarino seco, rotura de huesos, palos en el ano, "señora desnúdese y haga flexiones" y esa inagotable variedad de ensañamientos. Los que someten y matan, a ambos lados de las rejas, son siempre agentes del Estado. Los que mueren son todos pobres. Lástima grande que sean tan escasas las manos para abrazar y detener tanto dolor. Ignorancia inmensa la de quienes niegan el carácter político a este genocidio.En este contexto, Andrea Casamento es una de las luchadoras que vivió, entendió y asumió el problema que nos involucra a todos. ¿Qué hace? "Nosotros tenemos el teléfono y nos llaman de los penales. Ahí escuchás atentamente, y ves si hay que avisar a la Procuración, al Comité contra la Tortura o al defensor. Juntamos denuncias, algunas pueden ir al Inadi, también llamamos a la familia del preso, tratamos de contener, explicamos lo que no le entienden al abogado y denunciamos públicamente en los medios. Ahora, en la Villa Carlos Gardel asesoramos, acompañamos, porque la cosa es brava. Las torturas que se filmaron en Mendoza, no son la excepción, es la regla, porque eso sucede en todo el país. Y bueno, ante tanta bestialidad tratamos de estar juntos y organizados", narra ella. Cualquier parecido a lo que debieran asumir los ausentes sin aviso, no es mera coincidencia.
Oscar Castelnovo

Para los que no saben, hace dos años que junto al Cepoc (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos) formamos una ONG, la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales. Entre otras cosas, tenemos una línea de teléfono las 24 horas (son los de dos compañeras y el mío), allí recibimos el llamado de presos y familiares.Y la verdad todos los llamados son urgentes.Puede ser una mamá angustiada que no sabe qué colectivo tiene que tomarse para llegar a la cárcel donde visitará a su hijo preso por primera vez. Y todo lo que significa atravesar esos muros de ahora en más. O algún preso que está enfermo y no recibe atención medica, o no le llegan los medicamentos. Muchos llaman por que no se pueden comunicar con las defensorías o quisieran aunque esa un vez verle la cara al juez que lleva la causa. La mayoría dice que al juez solo lo vio en el juicio y al abogado 10 minutos antes, y después nunca más.En los últimos seis meses recibimos 339 llamados telefónicos de personas privadas de libertad alojadas en unidades dependientes del Servicio Penitenciario Federal. El 30 por ciento correspondió a denuncias por golpes, torturas y castigos con aislamiento. Esto es solo una parte de la realidad, lo que cuentan los que se atreven a denunciar, ya que la mayoría no lo hace por temor a represalias.Como saben, nuestras cárceles está pobladas de personas pobres, de muy bajos recursos y muy lejanos a poder entender el lenguaje jurídico, por lo tanto presos y familiares nos consultan ya que no entienden nada de lo que esta escrito en esos papeles donde figura su sentencia, ni cuales son los pasos a seguir. Solo saben que tienen que esperar, se supone que a los presos lo único que les sobra es tiempo, por lo tanto siempre ellos pueden esperar.Yo se lo que se sufre mientras se espera, y creo que atender el teléfono es urgente. Mientras se tramita la urgencia diaria no da tiempo a la reflexión y permite justificarnos, da cierto alivio saber que por lo menos algo estamos haciendo. Vergüenzas y urgenciasUna vez más, en este balance, me obligo a contar lo que me avergüenza. Otra vez, tengo que decir que cada vez que entro de visita a la cárcel me tengo que desnudar delante de una desconocida que con sus ojos busca algo dentro de mi cuerpo que no este permitido entrar. (Recuerdo a una chica salir en crisis de llanto de la cárcel porque nunca antes se había desnudado ante una mujer.)En alguna oportunidad fui a la AMIA después del atentado, incluso hice trámites en alguna embajada y jamás tuve que desnudarme frente al portero del edificio por si llevaba un artefacto explosivo.De todas maneras, como todo lo urgente en ese momento no es necesario hacerse muchas preguntas solo hay que atravesar el muro rápidamente para abrazar al ser querido y saber que esta bien, y después -con el tiempo- esto se naturaliza.Mi vergüenza es ahora que la urgencia ya pasó, pienso cómo fui capaz de permitirlo sin siquiera cuestionármelo. Finalmente me desbordó no era la voz de un desconocido del otro lado del teléfono o el relato de una madre que desde su angustia, desconocimiento o desesperación tremenda, las cosas, excusas que necesito imponerme solo para justificar mi falta de coraje para enfrentar las cosas como son.Esta ves vi (solo un poquito y hasta donde pude soportar), lo que jamás hubiera querido ver. Un chico de 19 años siendo torturado por penitenciarios mendocinos. No puede, no pude ver, no puedo escuchar esa burla ultrajante de los penitenciarios, realmente es insoportable para mí, no puedo parar de llorar y eso que pasaron varios días pero parece es peor por que me obliga a recordar.No es verdad que este haya sido un hecho aislado en la provincia de Mendoza. ¡Esto ocurre sistemáticamente en todas las cárceles de nuestro país!, y está documentado en el informe anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación, en el del Comité contra la Tortura de la provincia de Buenos Aires y de organizaciones especializadas en cuestiones carcelarias.Hace unos días el diario Página 12 publicó como en una cárcel de San Martín los penitenciarios obligaban a los presos a salir a robar por las noches. Dice textual la nota: "Tres detenidos contaron a distintos magistrados que los sacan a robar entre la noche y el alba, con ropa y armas del Servicio, que los desarmaderos funcionan en las propias cárceles, donde también se venden estupefacientes. A quien se niega le violan la mujer o lo asesinan". Yo pregunto a cualquier madre, mujer, padre, hermano, aunque no tengan un hijo preso. ¿Por qué? ¿Por qué pasa esto en nuestro país?¿Nadie ven la urgencia, la necesidad absoluta de que el parlamento apruebe el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura en lugares de encierro, y que se piense seriamente en políticas de reinserción social? El hijoMi hijo tenia 18 años recién cumplidos en el año 2004 el estuvo preso seis meses en Ezeiza, una vez me llamó después de tres días de no saber de él, era julio hacia mucho frío me dijo que estaba sancionado en los en buzones, no le daban de comer estaba en calzoncillos ya no tenia fuerzas para hacer gimnasia y así mantener su cuerpo caliente Esa fue la única vez que me dijo que lo saque de allí por que se iba suicidar, juro que no estaba exagerando es que realmente no aguataba más.Cada día de mi vida a partir de ese momento me digo "Yo soy su madre debí haber podido hacer algo para protegerlo, evitarle ese dolor". Mi hijo al que cuidé con el mismo amor que cualquiera de ustedes a sus hijos estaba indefenso en manos de unos delincuentes, torturadores como pudimos ver el otro día por la tele, intente todo pero nadie me creía, otra vez me estoy justificando la verdad es que no tuve coraje.Pasaron casi 7 años, mi hijo hoy tiene 25 años pudo salir allí. ÉL es mucho más noble, no guarda rencor y tampoco quiere hablar más del tema, será la juventud lo que le da fuerza impulsándolo a seguir su camino tratando de olvidar lo que paso.Yo no puedo, no debo y no quiero olvidarme que días antes de que a mi hijo lo acusaran de robarse cuatro empanadas , fuera preso 6 meses por este motivo negándole la excarcelación una y otra vez, a pesar de no tener ningún antecedente para salir absuelto en el juicio, fui responsable de todo lo que le pasó. Porque igual que muchos que piensan que esto nunca le puede tocar y se dejan llevar por lo que dice la televisión, firme junto a la Ley de Blumberg, entre otras cosas. No supe como cuidar de mi hijo en su momento, pero me quedan 3 hijos más. El Estado violadorConocí a miles de mujeres que están atravesando por mi misma situación con sus seres queridos, culpables o inocentes, siendo sometidos por el Estado, violador de los derechos que debe garantizar, se supone nos tiene que brindar seguridad y no someter a seres humanos a estos tratos ilegales de los cuales todos somos cómplices porque lo dejamos pasar.Es hora de parar y reflexionar: basta de quedarnos con eso de que aunque sea de a poquito estamos haciendo algo y la cosas van cambiando, lo único que cambia cuando se suman varias denuncias y hay alguna intervención judicial es el lugar de trabajo de los penitenciarios que pasan de una unidad a otra .pero a juicio y después a la cárcel común como al resto del torturadores, no va ninguno. Tenemos que hacer mucho más, porque ellos son poderosos y casi todos los medios miran para otro lado.Cuando tenemos a un familiar preso no sabemos realmente si saldrá a vivo de allí, no hay cifras ciertas. Algunos se suicidan por que no pueden soportar las brutales condiciones y a otros los suicidan. Los tratamientos médicos se interrumpen por que no les dan los remedios. Sumado esto, está la falta de alimentación hacen que la salud se deteriore, y no es verdad que los presos reciben la misma atención medica que cualquiera de nosotras en un hospital publico. Además, no existe política alguna de readaptación social y no hay pensados planes de inclusión ni posibilidades de conseguir un trabajo habiendo tenido antecedentes penales, ni existe la asistencia pos penitenciaria.Sospechosos para siempreCuando uno tiene un familiar preso la pena se hace extensiva al resto de la familia. Los chicos en la escuela muchas veces son discriminados Para las que tenemos trabajo, allí no se tiene que enterar por que seguramente seremos despedidas con alguna excusa.Y en las oficinas publicas, defensorías juzgados, dejamos de ser ciudadanos con derechos para trasformarnos en la madre, hija o esposa del delincuente pasamos a cumplir la pena junto con ellos. Cuando salen por agotamiento de pena o por que resulta que luego de un procesamiento en el juicio se los considero inocentes ni ellos ni nosotras volvemos a ser los mismos. Seremos a partir de ahora y para siempre: sospechosos.
Andrea Casamento
Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales
Contacto: andreacasamento@hotmail.com 4857-6875- 1555737824
Patricia 4838-0082
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Publicado en la Agencia Rodolfo Walsh el 28-03-11
Link: http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=6435:carceles-federales&catid=72:pll&Itemid=114

jueves, 3 de febrero de 2011



COMUNICADO DE PRENSA
NO PASA SOLO EN MENDOZA, LA TORTURA ES UNA PRÁCTICA HABITUAL EN LAS CÁRCELES DE TODO EL PAÍS, INCLUIDAS LAS FEDERALES
La Asociación civil Familiares de Detenidos en Cárceles Fedrales trabaja junto al Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) desde hace dos años. Tenemos una línea telefónica abierta las 24 hs para atender llamados de presos y de sus familiares.
En los ultimos seis meses se recibieron 339 llamados telefónicos de personas privadas de libertad alojadas en unidades dependientes del Servicio Penitenciario Federal, de los que el 30% correspondió a denuncias por golpes, torturas y castigos con aislamiento. Esto es solo una parte de la realidad, lo que cuentan los que se atreven a denunciar, ya que la mayoría no lo hace por temor a represalias.

A esto hay que sumarle prácticas que por estar tan naturalizadas no se denuncian, como la llamada “bienvenida”, es decir la paliza que reciben los presos al ingresar a una unidad penitenciaria; los golpes durante las requisas o las vejaciones por las que tenemos que pasar los familiares al tener que desnudarnos frente a al personal penitenciario para entrar de visita a cualquier penal.

Nosotras estamos acostumbradas a escuchar estos relatos, pero realmente ver los videos de las torturas en la cárcel de Mendoza nos llenó de horror, vemos las marcas de los palos en los cuerpos de nuestros familiares cuando los visitamos , sabemos de la angustia de las familias que desesperadas llegan a nosotras diciendo que nadie le cree...

No es verdad que este haya sido un hecho aislado en la provincia de Mendoza . ¡Esto ocurre sistemáticamente en todas las cárceles de nuestro país!, y está documentado en los informes anuales de la Procuración Penitenciaria de la Nación , Comité contra la Tortura de la provincia de Buenos Aires y de organizaciones especializadas en cuestiones carcelarias.

Es necesario que el parlamento apruebe el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura en lugares de encierro, y que se piense seriamente en políticas de reinserción social. Seria importante ver a nuestros diputados visitando los lugares de detención, a jueces, defensores y fiscales caminando por las cárceles, verificando que en estos establecimientos se cumpla con la ley.

En lugar de pedir más castigo, la sociedad en su conjunto debe reflexionar acerca de qué se hace en los lugares de encierro con los que ya están allí.
Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales
Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos
contacto: andreacasamento@hotmail.com
tel 4857-6875.cel 15-55737824