viernes, 15 de octubre de 2010

LOS MINEROS Y LOS PRESOS

Por Andrea Casamento
Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales

Hace 70 días que el mundo entero tiene puesto sus esfuerzos y esperanzas en sacar a estas personas desde debajo de la tierra; se invirtieron millones de dólares y recursos de todo tipo para sacarlos, mientras que por otro lado a diario también en el mundo se hace lo mismo pero para enterrar personas vivas en un pozo: la cárcel, la tumba etc.
Me impactó ver un video de los mineros en el fondo de la tierra flacos, desaliñados, sin remera. Podemos comparar esa imagen con la de cualquier calabozo de comisaría del gran buenos aires.
Los presos son personas atrapadas dependiendo de alguien del mundo exterior para alimentarse, vestirse, tener alguna noticia sobre qué va a pasar con ellos o cuándo los van a sacar.
Especialistas de todo tipo pensaron estrategias de rescate, supieron muy bien qué hacer con ellos y sus familias durante el encierro y después. Explicaban con mucha claridad las dificultades que tuvieron que afrontar para vivir en el encierro y todos los cuidados para esta nueva etapa: algunas cosas simples como dormir en una cama, adaptarse a la luz, bañarse, separarse de sus compañeros, volver a casa y otras más complejas como superar ese echo traumático.
Nosotras sabemos que ocurre lo mismo y mucho más cuando una persona sale de la cárcel.
Coincido con todos los comentarios escuchados por estos días: estos mineros no serán los mismos, tampoco las personas que pasan por la cárcel o vivieron alguna situación traumática de este tipo.
Investigadores de todo el mundo están muy interesados en estudiar el comportamiento humano en estas circunstancias, esta experiencia es única en el mundo. Es verdad tal vez en una mina, pero no en un campo de concentración como el Olimpo o la Esma, prisiones de guerra o cualquier comisaría del Conurbano.
Pensaba en lo que sintieron las familias al ver que los suyos no llegaban. Salieron a buscar, a pedir ayuda, golpear puertas, lloraron, suplicaron, nunca abandonaron.
Dicen que esto es un ejemplo para el mundo. Nosotras como familiares de personas privadas en libertad también debemos contarle al mundo las consecuencias del encierro en nuestras familias. Advertir que los presos son seres humanos que sufren el encierro igual que cualquiera y las consecuencias de ésto nos afecta a todos.
Ojala tuviéramos un equipo de especialistas monitoreando este encierro y obviamente esperando a cada persona que sale. Por que si decidimos encerrar a las personas bajo estas condiciones tenemos que hacernos cargo de sus consecuencias

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